miércoles, 21 de agosto de 2013

¿Por qué en la India no comen vacas?


                                                            "La vaca es nuestra madre. Nos da leche y mantequilla. Su ternero labra los campos y nos da comida"
(Oración hindú)

Es ampliamente conocido que en la India no comen la carne del ganado vacuno, este es uno de los tabúes con más fama a nivel mundial y muchos se preguntan el por qué de esta prohibición. La respuesta que da la mayoría de gente es que se debe a las creencias religiosas del país. La India tiene al hinduismo como religión principal, pero también hay musulmanes, cristianos y budistas. 

El antropólogo Marvin Harris, el más famoso investigador de la antropología cultural estadounidense, nos dice que la religión hindú no es la respuesta al por qué del tabú, es más bien la pregunta. ¿Por qué el hinduismo protege tanto a la vaca? "La mayor parte de las religiones consideran que el ganado vacuno es bueno para comer. ¿Por qué el hinduismo es diferente? ¿Por qué prohibir a la vaca y no al cerdo, al caballo o el camello?

Marvin Harris nos dice que la protección de la vaca no ha sido siempre el hecho central de la religión hindú. Retrocedamos hasta el tiempo de los pueblos que dieron origen al hinduismo : Los Vedas. Los Vedas fueron un pueblo ganadero y agrícola que habitó en el norte de la India entre el 1800 y el 800 a.C. Lo que sabemos es que dejaron 4 grandes libros con el mismo nombre: Los Vedas (Rig Veda, Yahur-Veda, Sama-Veda y Atharva-Veda). Varias partes de estos libros están dedicadas al sacrificio. Sí, sacrificio de ganado vacuno como rito religioso por parte de los brahmanes (sacerdotes). En estos sacrificios a los dioses les tocaba la parte espiritual del animal, mientras que los fieles comían el cuerpo de los animales sacrificados en banquetes ceremoniales.

¿En qué momento se dio el fin del sacrificio y el consumo de carne y se pasó a su protección? La población de la India inició su crecimiento demográfico, los bosques disminuyeron y las tierras de pastoreo se labraron. "Con poblaciones humanas más densas, el ganado empezó a competir con el hombre por recursos alimentarios y su carne se hizo en seguida más costosa para distribuirla con la tradicional generosidad de los caciques védicos en sacrificios públicos acompañados de banquetes de carne".

Pero, ¿por qué no se eliminó del todo al ganado y más bien se le cuidó y protegió? Porque se necesita para desarrollar la agricultura. En el norte de la India (lugar que habitaron Los Vedas) predominan suelos duros para los cuales es necesario bueyes que tiren de los arados. Con la siembra de cereales, legumbres y hortalizas se puede sustentar a más gente que con el consumo de carne. Las proteínas animales las obtienen del ordeño, del cual consiguen leche y mantequilla. No podía matarse a la vaca, pero sí ingerir su fluido y los derivados de este. En la religión hindú las deidades son bañadas en leche, se emplea el estiércol seco para purificar los suelos y los médicos hindúes elaboran remedios con leche y grasa.

La religión sirvió para reforzar la prohibición de matar al ganado; sin una sanción fuerte (como la que da la religión hindú) las personas seguirían utilizando un recurso escaso que podría haber llevado al colapso de la sociedad. Los antiguos señores vedas tuvieron que adaptarse a las nuevas condiciones ecológicas, económicas y demográficas. Surgieron nuevos líderes religiosos dando paso a una nueva forma religiosa: el hinduismo, el cual venera entre otros animales, a toros y vacas. Krishna, un dios importante de la religión hindú es un pastor de vacas, protector de estas que constituyen su riqueza. El hinduismo representa a todas las criaturas como almas y se necesitan 86 reencarnaciones para pasar de demonio a vaca y una más para que el alma adquiera forma humana. 

Krishna

Krishna lactando de la ubre de una vaca

Marvin Harris nos cuenta cómo nació el budismo en medio de estos cambios sociales y ecológicos, nos dice cómo es que al final el hinduismo se impone sobre el budismo, saliendo este de su país de origen, la India, para migrar a otros lugares del continente asiático. Como este blog se trata de alimentación y cultura, no creímos necesario explayarnos en cuanto a la religión, los que deseen indagar sobre el por qué el budismo no prosperó en la India, les recomendamos leer el capítulo: El enigma de la vaca sagrada.

El tabú de no comer carne de vaca tiene pleno sentido para Harris, ya que "mejora la eficacia a largo plazo del sistema agrícola y reduce las desigualdades en cuanto al consumo de nutrientes que origina el sistema de castas", las cuales provienen desde los cacicazgos védicos. A diferencia de otros animales, la vaca era la que mejor se adaptaba a los condiciones ecológicas de la zona. Si bien en muchas partes utilizan camellos para arar, no es el animal que reúna los requisitos necesarios como sí lo hace la vaca. El camello frente a los monzones es débil en los campos, los búfalos necesitan constante agua y los caballos más hierba y paja que las vacas.

La razón del más célebre tabú alimenticio se debe entonces a un conjunto de condicionamientos prácticos (materiales: ecología, población, clima, etc.) más que a una decisión arbitraria. En este caso, la falta de viabilidad ecológica primó y originó un tabú que fue reforzado por la religión y a la vez la moldeó. No se trata entonces de un tabú irracional, sino que cobra pleno sentido.

Algunas fechas clave para entender este proceso:

  • Período Védico: (1800a.C - 800a.C).
  • Entre los años 800a.C -200a.C ocurren cambios fundamentales en la religión del país, es en este tiempo donde se da forma al Hinduismo como actualmente lo conocemos a la vez que aparecen religiones como el Budismo y el Jainismo.
  • Tiempo de Buda: (563a.C - 483a.C).

Indagando sobre los textos sagrados de la India, encontramos que en los Upanishads (siglos 700 y 500 a.C) los temas sobre sacrificios y rituales que encontramos en Los Vedas, son reemplazados por una búsqueda espiritual interior, se reconoce la existencia de un alma individual conocida como Atman, que es de la misma naturaleza que el alma universal Brahman. Quisieramos saber si en Los Vedas se reconoce este principio también, es una curiosidad que tenemos, seguiremos buscando.

Para terminar, nos preguntamos por qué también se hizo extensiva esta prohibición a otros animales menos sagrados como el pollo, el pato o el cerdo. Quizás la respuesta a eso ya no se encuentre en las condiciones materiales que propone el autor, sino en la misma lógica de la religión hindú.

Fuentes:
  • ¿Bueno para pensar o bueno para comer? y El enigma de la vaca sagrada. En: Bueno para comer. Enigmas de alimentación y cultura. Marvin Harris, 1989.
  • El origen de las grandes religiones. Editorial SALVAT, 2005.
  • Antropología Cultural. Marvin Harris, 1990.
  • Ecologías: antropología, cultura y entorno. Kay Milton, 1997.

viernes, 9 de agosto de 2013

Dioses y Alimentos en el antiguo Perú



Para las antiguas poblaciones del Perú los alimentos tuvieron un origen celeste y a partir de ello se construyeron los mitos alimentarios. El antropólogo peruano Román Robles nos dice: “ El mito viene a ser una literatura de las sociedades y culturas ágrafas (sin escritura), un arte de narrar acontecimientos preconcebidos, con el propósito de que toda la comunidad internalice y haga suyo el relato como una verdad heredada de los antepasados, que contribuye a dar coherencia a la forma de vida que practican”. [1]

Debemos comprender que las diversas culturas del antiguo Perú tenían entre sí diferentes modos de vida. Si bien había contacto entre ellas, cada una constituyó un universo diferente, tenían por ejemplo, distintos modos de producción, en la costa se había creado un sistema alimentario distinto del andino y no solo eso, incluso entre las mismas poblaciones costeras habían muchas diferencias. Todo aquello llevó a los actores sociales a construir roles diferentes, pero también creencias diferentes, y es por ello que observamos diversas versiones de mitos. Los mitos serranos difieren muchas veces de los costeños y éstos de los amazónicos. Pero hay algo en común entre todos y es, como mencionamos más arriba, el origen celeste de sus alimentos. Posteriormente, se han ido añadiendo elementos nuevos a la estructura de los mitos andinos, ya no solo los alimentos nativos eran los protagonistas, en la época colonial y republicana los alimentos provenientes de Europa como las habas y el trigo ocupaban también una plaza especial[2].

Es a través de los cronistas que más o menos podemos llegar a conocer la mentalidad indígena y la relación que guardaban con la alimentación. Fue el padre catequizador Teruel quien recoge el mito de Vichama, éste es reproducido en la crónica del padre Antonio de la Calancha. Muy similar a los mitos griegos, los mitos andinos hablan de disputas, celos, engaños, pero también de alegrías y dichas entre los dioses y los seres humanos. Siendo el mito de Vichama uno de los más importantes en el ámbito andino, ya que refiere al origen de la agricultura en la costa, creemos que vale la pena contarlo brevemente y es más o menos como sigue: 

Pachacamac decidió un día crear a un hombre y a una mujer, una vez concluida  su obra, no se ocupó más. Aquellos pasaron hambre, el hombre murió, y la mujer sobrevivía con lo que podía. Desfalleciendo ésta y alimentándose con las pocas raíces que encontraba, reclama al Sol su hambruna y desventura. Apiadándose el dios y consolándola con palabras amorosas, le dijo que no se preocupara y que continuase sacando raíces. Ocupada la mujer en su quehacer, le infundió sus rayos el Sol y concibió un hijo, que al cuarto día parió con gozo y vio segura su ventura y amontonadas sus comidas. Pero el dios Pachacamac enfurecido y celoso, viendo la adoración al Sol, cogió al recién nacido semidiós Vichama y lo mató despedazando en menudas partes a su hermano[3]. Pachacamac, para que nadie nunca más se quejase de que no había alimentos y se volviese pedir ayuda al Sol, sembró los dientes del difunto de los cuales nació el maíz, sus granos son similares a dientes. De las costillas y lo huesos nacieron las yucas, raíz que por su largo y color asemejan huesos, y de éstos nacieron también las demás raíces. De su carne procedieron los pepinos y pacaes. Desde entonces no se conoció hambre ni lloraron necesidad, debiendo al Dios Pachacamac el sustento y la abundancia.  


Vichama.

El mito continúa ya con una serie de venganzas entre estos dioses, pero hemos querido enfatizar  la parte del origen alimenticio. Para leer el mito completo puedes hacer clic aquí:

http://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Mitos_de_Pachac%C3%A1mac

En los andes, los mitos alimentarios hacen casi siempre una vinculación con el cuerpo humano, "...de los ojos, las papas y ollucos; de los dedos, las ocas y mashuas.”[4]. Para los pueblos andinos, el entorno y el ser humano no estaban separados. La  naturaleza les hablaba a través de formas y colores, ella dejaba trazas y signos para guiar los actos de los hombres. Esto se conoce como la Teoría de la Signaturas o llamada también la Teoría de las Señales y no es propia del ámbito andino, es más bien algo que se da manera mundial constituyendo parte de la antigua medicina e incluso de la actual medicina popular de muchos países. Esta teoría sostiene que las plantas, animales y minerales llevan sobre sí los signos que permiten conocer sus virtudes terapéuticas o propiedades mágicas. Tales cualidades estarían inscritas en el propio aspecto y del cual se inspirarían los hombres para organizar no sólo los conocimientos médicos o alimentarios, sino muchas veces a la sociedad en conjunto.

Como vimos entonces en el mito de Vichama, se apoyaron en las similitudes que encontraron entre naturaleza y la fisonomía humana para construir un rico sistema simbólico, con el cual se mantuvieron y se mantienen fuertes expresiones culturales de raigambre ancestral. Con el tiempo estas expresiones se tornaron más complejas. De esta manera, se observan en los antiguos huacos peruanos manifestaciones que ya son propias de cada cultura, por ejemplo, en la cultura Moche los alimentos se ven vivos, caminan, danzan, batallan. El maní toca la flauta y los pallares son guerreros.

Pallar guerrero. Cultura Moche.
Pallares guerreros. Cultura Moche.

Como dijimos, las manifestaciones simbólico- culturales de los alimentos fueron cambiando a través del tiempo. Hans Horkheimer[5] nos dice que en la época formativa de la agricultura, en la cual las actividades de caza, pesca y recolección tenían todavía un rol importante en la producción de alimentos, las imágenes de culto representaban animales totémicos como halcones, felinos y cóndores, animales que no podían ser considerados como protectores de la agricultura. Por el contrario, cuando el hombre hubo avanzado más en el conocimiento agrario y a solucionar por sus propios méritos el tema de la subsistencia, las imágenes de dioses se tornaron más humanas. En el contexto andino, los dioses ya no eran entonces representaciones aisladas de la flora o la fauna local, sino que adquirieron más universalidad y empezaron a humanizarse. “Ha sido creado según el modelo del hombre orgulloso, que ha aprendido ya a desafiar a los inamistosos elementos animales, meteorológicos y geográficos”.[6]

Según el libro de arqueólogo Elmo León Canales[7], hace más de siete mil años el territorio peruano sufrió un drástico cambio. Las poblaciones acostumbradas a la caza y a la recolección observaron cómo los pastos iban secándose y los animales migrando a otras partes en busca de alimento. El hombre andino se vio impulsado a cambiar su forma de producción dando lugar a los comienzos de una incipiente agricultura que posteriormente llegó a su máximo esplendor con los Incas y a la asombrosa capacidad de manipular y comprender las semillas. Se conoció casi a la perfección el funcionamiento de la tierra agrícola y también el de las técnicas de preservación de alimentos como el secado, fermentado, etc. Aun así, con todo este conocimiento técnico y, hasta podríamos decir "científico" de la agricultura y del medio ambiente, la mentalidad y el sentimiento mágico-religioso persistió. Esta religiosidad, considerada por Federico Kauffmann y Rafael Karsten, como una de las más fervorosas del mundo, podría deberse, según estos autores, a los constantes esfuerzos que tuvo que hacer el hombre peruano para procurarse el alimento y adaptarse a su medio. Las lluvias se retrasaban, friajes y granizadas malograban los cultivos, otras veces la tierra daba magníficos frutos. Quien sea quien provocaba estas variantes condiciones ecológicas merecía por parte de los andinos un profundo respeto. Pues muchas veces no bastaba el gran trabajo físico llevado a cabo, había algo más detrás de todas esas imponentes fuerzas meteorológicas, “…un ente superior, un ser divino que debía ser honrado y al que había que tributar rituales y ofrendas”.[8] 

Antiguo poblador de la costa.
Hombres cultivando.

Parece justo pensar que cuando el hombre mantiene una relación con un medio geográfico duro, complicado, trabajoso, a cada manifestación ambiental se le otorgue un poder, una personalidad. Eso le pasó a nuestras antiguas culturas peruanas. Agricultura, mitos, biodiversidad, tecnología, arte, nacieron en gran parte de la necesidad de los alimentos y de los dioses que los proveían.




[1] Román Robles Mendoza. El mensaje de los mitos: Héroes fundadores y origen de los alimentos en la memoria de los pueblos andinos. Revista de Antropología. Pág. 92.
[2] Ibíd. Pág. 115.
[3] Pachacamac es hijo primogénito del Sol y hermano de Vichama.
[4] Toribio Mejía Xesspe (1952).
[5] Alimentación y obtención de alimentos en el Perú prehispánico. Instituto Nacional de Cultura del Perú. 2004.
[6] Ibíd. Pág. 61.
[7] Orígenes humanos en los Andes del Perú (Lima 2007).
[8] Federico Kauffmann. Apu y Pachamama, supremos dioses del antiguo Perú.

jueves, 1 de agosto de 2013

Los monjes taoístas que no comen cereales.

Gimnasia Daoyin

Este post está inspirado en el artículo de Jean Levi, sinólogo e investigador del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS) sobre  la abstinencia de los cereales en los taoístas.

El tabú alimentario es un tema apasionante, cada sociedad y cultura llevan a cabo prácticas en las que prohíben ciertos alimentos. Las causas de estas prohibiciones pueden ser varias. Entre ellas:  

Causas de determinadas condiciones ecológicas y económicas, que tienen que ver con la disponibilidad ecológica del medio geográfico y la producción alimentos.
Causas sociales, relacionadas a la construcción de la identidad de un grupo respecto a otro.
Causas simbólicas, que darían significado al entorno donde se vive.
Causas psicológicas y emocionales, propias de cada individuo.
Causas fisiológicas, observadas de la relación alimento- enfermedad o muerte, esto es, alimentos venenosos o no digeribles o asimilables en el organismo.
Causas mágico- religiosas, que legitimarían todas las anteriores y que provendrían de una revelación de los espíritus de la naturaleza, de un dios o de actos propiciatorios para recibir favores.


Generalmente, cuando se habla de alguna prohibición alimentaria, ésta tiene como protagonista a uno o varios animales. Pero es interesante ver que la prohibición en los antiguos monjes taoístas no eran los animales, sino los cereales como el trigo, el centeno, el arroz y la cebada, alimentos que a primera vista no tendría sentido de prohibirse en una sociedad que es meramente agrícola. Esto los hace muy diferentes de los  adeptos del cristianismo, judaísmo, islamismo, hinduismo y budismo que sí incorporan cereales casi diariamente a sus dietas.

Observemos brevemente lo que los antiguos autores taoístas afirmaban en relación al abandono de los cereales. Estos libros datan desde los 300 años a. de J.C. aproximadamente, y algunos también después de Nuestra Era.

Tenemos por ejemplo el Lùshi Chunqiu de Lu Buwei, un tipo de enciclopedia de la antigua China, en donde se hace alusión a un sabio que “practicaba el arte de no comer cereales”.  También, en el Shi ji de Sima Qian, un libro de memorias históricas, un personaje llamado Zhang Liang, que después de haber contribuido a instalar a los Han en el trono, habría abandonado el comercio de los hombres para iniciarse en el arte de interrumpir los cereales y practicar la gimnasia Daoyin. Otro autor llamado Zhuang zi, célebre filósofo chino, menciona que en una isla paradisíaca los habitantes no ingerían los cinco cereales y se dedicaban a aspirar el viento y el rocío. 

Zhuang zi, filósofo chino.


Según los cuentos y biografías taoístas, esta práctica era el medio para escapar del envejecimiento. Como se observa en un relato del libro El Baopuzi: Una concubina se vio obligada a refugiarse en las montañas para huir de los problemas que sobrevinieron bajo el reinado del príncipe Qin, fue así que ésta se inició en la dietética taoísta por un inmortal. Doscientos años más tarde ella es capturada por unos cazadores y regresa al consumo de los cereales, muy rápidamente deviene en una pequeña vieja decrépita y muere. En el Shenxian zhuan, libro de biografías de santos inmortales, un hombre, Chen Jian interrumpe los cereales y se hace tan ligero que  camina a unos centímetros elevado del suelo. Otro hombre llamado Whan Zhen, suprime los cereales durante 30 años, obtiene el rostro de un niño y después se hace inmortal. Este último libro sobre todo, contiene numerosos relatos fantásticos y referencias de taoístas, los cuales al suprimir los cereales alcanzan una longevidad excepcional y otros obtienen la vida eterna. En el Huainanzi, texto clásico de filosofia china, hay un refrán que dice "aquellos que comen cereales son inteligentes pero mueren pronto; aquellos que no comen nada son inmortales". 

Remontándose a las fuentes mismas del taoísmo, esta abstinencia ha persistido a todo lo largo de su historia. Incluso se mantuvo muy fuerte en aquellas corrientes taoístas más influenciadas por el budismo. Cualquiera sea la escuela taoísta a la que se pertenece, la abstinencia de los cereales está referida siempre. Esta prohibición muchas veces se menciona como absoluta, ellos no sólo cortan la vida, también pudren las cinco vísceras, (en medicina china las cinco vísceras refieren a los cinco órganos principales: pulmones, riñones, hígado, corazón, bazo/páncreas). Si un grano entra en tu boca no esperes la vida eterna.

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Sin embargo, falta agregar que en algunos textos, dicha interrupción no es una condición para convertirse en inmortal. Algunos autores incluso afirman que la prohibición de cereales no hace nada en contra del envejecimiento, menos aún, que tal abstinencia entre las reglas de higiene y dietética taoísta permita la inmortalidad o al menos prolongar la vida. 

La dietética taoísta consiste más bien en ajustar los deseos, no tener una alimentación demasiado abundante y comer de acuerdo a las estaciones. Esta abstinencia sería practicada entonces por ciertos grupos, más no formaría parte de las características constitutivas del taoísmo.  Cuestionada por algunos, este hecho de la práctica sí fue uno de los principios generales de los ascetas taoístas.

Parece que la abstinencia de los granos fue una práctica muy muy antigua, pero también había sido poco a poco totalmente abandonada, o al menos relegada a un segundo plano en favor de las prácticas alquímicas. La difusión del budismo que prohíbe la matanza de los seres vivos y el consumo de carne, de todas maneras tuvo que jugar un papel importante. Hay que tener en cuenta sin embargo, que la negativa de ciertos alimentos en el taoísmo nunca es dictada por razones morales, sino siempre de higiene.

Una de las causas de la prohibición de los cereales estaría relacionada a la observación de lo que causaba en el organismo. Según ciertos monjes, los cereales engordan en el interior del cuerpo a los Tres Gusanos o Tres Cadáveres, principios de la podredumbre, la corrupción y la muerte. En el Lunheng, texto clásico chino que contiene ensayos sobre las ciencias naturales, dice lo siguiente: “Dentro del vientre del hombre hay tres gusanos que carcomen los intestinos”. En El Libro del Patio Amarillo, libro clásico taoísta de los siglos IV-V, “su peste turba los espíritus y la respiración embrionaria cesa”. “Cuando los bárbaros comen arroz ellos se convierten en leprosos, los caballos tienen los pies pesados cuando comen  granos y los gansos silvestres tienen tumores en todo el cuerpo cuando  ingieren este veneno”. 

Resulta interesante que esta observación fisiológica que hacen lo taoístas, pero en su lenguaje antiguo, propio de la época, coincida con las recomendaciones médicas modernas que nos proponen no consumir un exceso de estos alimentos que son ricos en almidón y en azúcar y que provocarían en el cuerpo un aumento de la glucosa en sangre, aumento de la grasa corporal, pesadez, fatiga; una dieta baja en carbohidratos es aconsejada cuando se tienen parásitos en los intestinos.  

En la antigüedad, si bien había relatos fantásticos y poco creíbles sobre ciertos alimentos, muchos de estos pudieron estar basados en una observación real de las consecuencias de su ingesta en el cuerpo; y eso es lo fascinante de mirar el pasado, encontrar que había una antigua ciencia de la nutrición, que las personas también tomaban interés en su salud y su bienestar. En aquellos tiempos, lo mágico e increíble convivía con una compleja ciencia que es la de tratar de comprender qué pasa en nuestro organismo.Como se ha visto, la práctica de tal prohibición es entendida como un arte. La estética inunda siempre la literatura china y lo que se entiende como arte no sólo son las prácticas culturales de contenido estético como la escritura, la pintura y la danza, sino que también se extienden a otras más cotidianas como lo es, por ejemplo, la ceremonia del té, y en este caso, la alimentación sin cereales. Se trata entonces de darle un sentido artístico a todo lo que produce bienestar, armonía y belleza, y entre ellos por qué no, los alimentos.